En El Alto (lugar oficial donde queda el aeropuerto) nos recibió una hermosa noche estrellada que estaba a nada más y nada menos que a 5 grados centígrados (¡por dicha vinimos en verano!) y un hermoso y sonriente comité de bienvenida, nuestra compañía por las próximas 3 semanas, Johnny y Raúl.
Ya en la van, nos van contando un poco de la ciudad, el camino, las vueltas de los diablos, las iglesias del casco y los planes de los próximos días.
Son las 2am y, desde ya, con todo y la soledad y oscuridad, la ciudad se ve hermosamente emocionante. Por ahora, no más, que urge descansar para poder mañana empezar a conocer esta preciosa ciudad.
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