mercoledì 16 dicembre 2015

Día 10 - Oruro

Empezamos el día yendo a la lindisima iglesia de la Virgen del Socavón - la virgen de Oruro - que está llena de colores y motivos cristiano-andinos, una fusión que hemos encontrado ya en diferentes momentos y lugares y que nos ha parecido súper interesante: la virgen María vestida como las cholitas. Esta iglesia, además, tiene una linda particularidad - parte de la iglesia tiene una estructura normal (llena de colores) y la otra es de piedra y, de ahí, se puede entrar a una mina. De hecho, la procedencia de la Virgen del Socavón está relacionada con las minas (socavón significa por debajo de la tierra). 






Ahí mismo, entonces, se entra al museo minero (ahí mismo dentro la iglesia, sí, es correcto), donde uno baja creo que unos 100m y llega a la entrada real de una mina, donde uno puede caminar unos 200 o 300 metros y va viendo colección y explicación de cosas - ropa, zapatos, escafandras, carritos, herramientas, máquinas, minerales que se sacan, mapas, etc. Oruro, junto con Potosí fueron las ciudades mineras más grandes de Bolivia; aquí, incluso hoy, hay minería activa - de donde estábamos, los túneles siguen por más de 250km y hay varios pisos. A las entradas de las minas acostumbran tener una figura a la que le piden permiso antes de entrar o de ir a trabajar - el supay, llamado también "Tío". Se trata de una deidad similar al diablo, que, según nos explicaron, es el que gobierna allí debajo de la tierra, por lo que hay que pedirle permiso para poder accesar a sus terrenos, trayéndole hojas de coca, alcohol, cigarros o dinero. 











De ahí, después de una pequeña perdida entre las calles difíciles de navegar, fuimos a ver la estatua de la Virgen, que se encuentra en el cerro más alto de la ciudad. De ahí, se ve una magnífica vista de la ciudad, incluido el lago recién declarado como seco, el Poopó. Además, intentamos subir al mirador, que queda en la corona de virgen, sin embargo, aún no lo han terminado de construir (la escultura la hicieron hace menos de dos años). Aún así, pudimos ver las partes del museo que están a la subida de este monumento, que explican la historia de la virgen (que está siempre representada en pintura, no en escultura, al menos en la iglesia) y la historia del Carnaval (por lo que es más conocido Oruro).








Luego de un delicioso (y gigante) almuerzo (carne a la milanesa, pollo y cordero al vino con fresco de tumbo) nos montamos nuevamente a la van para ir hasta Cochabamba (un viaje de unas 5, 6 horas). 


(Oruro pueblo levántate!)

A una hora, masomenos, de haber salido, nos encontramos con todos los carros detenidos - parece que hubo un accidente delante de nosotros. Así que, aprovechamos para bajarnos e ir a conocer unas casas de momias - momias que metían dentro de edificaciones medio cuadradas (con forma de utero) con una sola abertura (re presentando la vagina) que ve hacia el este. A los indígenas de las culturas Aymara, inca y Uru, al morir, los enterraban en posición fetal, cubiertos de una especie de trenza de paja (o totora). Estas edificaciones eran para cada familia y se han encontrado a lo largo de todo el país - especialmente cerca de las montañas (que era donde se creía que iban los antepasados al morir). Es interesante que, a pesar que ya las momias han sido llevadas a museos o similares, la gente sigue respetando estos espacios. Se cree que los espíritus de las personas allí enterradas sigue ahí y se da cuenta si le haces daño a su memoria. 



Luego, aprovechamos el rato que estuvimos detenidos también para aprender a mascar coca - quitarle el tallo a las hojas, las diferentes formas de poner en la boca (todas juntas, con la lejía dentro, hacerlas un taquito y ponerla en el cachete, sin mascar al inicio, nos pareció la mejor opción), las diferentes lejías que se pueden utilizar y la cantidad recomendada. Durante todo ese proceso, pudimos ver el poder de la Pachamama y la importancia de ofrecerle a ella antes de disfrutar uno. 

Transcurrida ya una hora de espera, pudimos movernos, después de ver muchísimos carros de policía, bomberos, grúas y ambulancias pasar, para darnos cuenta que el choque fue entre dos buses (de frente) y al parecer si hubo heridos y quizá hasta muertos (según los restos de bus que pudimos ver). 

Faltando alrededor de una hora de viaje hicimos parada técnica para orinar, ver la vista y comprar agua. Aunque solo logramos hacer uno de los mandados - el baño era "no apto para damas" como dijo Johnny y solo vendían gaseosas; pero la vista, justo al atardecer, era increíble. No sé cómo, pero me sigo sorprendiendo cada vez que subo una montaña y puedo sentir mi cuerpo moviéndose, mis pies llevándome más allá, conscientes de donde deben colocarse entre las piedras, el aire que les falta a mis pulmones pero al mismo tiempo el viento pegándome en la cara, la vista increíble, haciéndome dueña de todo lo que ven mis ojos... Para esto fue que nací. Esto es lo que alimenta mi alma. 






Actividades por hacer en un viaje largo en carro: terminarse el libro que se estaba leyendo, ver También la lluvia, película española que trata sobre un problema en Cochabamba, dormir, comer pasancalla, pringles y m&m's hasta acabar existencias, dormir, ver a la ventana, escribir, dormir, empezar a ver Amargo mar, película boliviana sobre la Guerra del Pacífico, contra Chile (creo que en estos días de viaje nos están enseñando toda la historia boliviana a través de películas), escuchar música (Davendra forevah con mil corazones), dormir, comer helado, dormir... 

Después de lo que pareció un viaje interminable, llegamos a nuestro lindisimo hotel - La Tua Casa. Por ahora, a dormir que mañana es un día nuevo y lleno de aventuras! 




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