giovedì 10 dicembre 2015

Dia 4 - Coroico

Después de una noche extraña y de poco dormir por diversas razones, despertamos a una mañana puro clima tropical - aguacero. Así que le dimos tiempo a que se calmara un poco, tomando un delicioso desayuno de huevito, pan casero hecho por doña Mari, jalea de ciruelo (que nos supo como la de membrillo) y un delicioso capuchino. 


Después de una mañana accidentada, logramos salir del hotel, para dirigirnos a visitar las cataratas que se encuentran camino a Tocaño, un pueblo yunga con mayoría de población afro descendiente. Hay tres cataratas principales, pero no anadabamos vestido de baño para poder entrar a ninguna. Sin embargo, disfrutamos de la vista de las cataratas y del camino para llegar allí. 



(Catarata 1) 




(Catarata 3)

Luego, fuimos en busca de sembradíos de coca, para poder conocer bien cómo se veía y cómo se sembraba, pero no tuvimos mucho éxito. La hoja de coca es importantísima para la cultura boliviana, sin tener nada que ver la cocaina. Ellos consumen té de coca regularmente, porque tiene muchísimas propiedades curativas y de energía. Además, acostumbran mascar la hoja, junto con una lejía (que puede ser de diferentes proveniencias, por ejemplo de la hoja de la stevia) para que puedan salir todas las propiedades de la coca. Esto lo hacen para tener energía - nos cuenta Johnny que él una vez manejó por 26 horas seguidas y lo que le ayudó a mantenerse despierto fue mascar la hoja de coca. Además, nos dice que cuando tiene que hacer trabajos de la casa pesados, acostumbra mascar un poco, para que así le de más fuerza. De la cocaina se habla poco, porque en realidad no es algo que aqueje mucho al país. Otra importancia es que, antiguamente, la utilizaban los yatiris o sacerdotes para hacer ceremonias - la consumían ellos y luego la ofrendaban; ahora incluso, en las mesas (peticiones que hacen, como la que vimos en la apacheta de La Cumbre) se ponen hojas de coca como ofrenda a la Pachamama. 

Recorrimos luego el pueblo de Coroico y buscamos un buen lugar para comer, escogiendo finalmente una pizzería. Siempre hacemos esto, mi familia y yo, escoger el peor lugar posible para ir a comer - teníamos muchísimas hambre y la pizza nunca la hacen rápido. Sin embargo, cuando llegó, valió la pena la espera, porque estaba deliciosa. 


(Foto de mami)

Después de comer, empezamos nuestro viaje de vuelta y, de camino, sorprendentemente, encontramos un sembradío de coca al lado del camino con fácil acceso para poder entrar a ver las plantas bien. 



De camino, en Yolosa, paramos a comprar una bolsa de hojas de coca fresca y la lejía, para probar qué tal es mascarla y para hacer infusiones, al menos estos días que estamos aún en el país. 



Hoy nos vamos a devolver por la carretera nueva, la carretera asfaltada, para ir más rápido y para conocer nueva ruta. Sigue teniendo una espectacular vista de las montañas, aunque no es tan aventurera como El Camino de la Muerte. 


Luego de poco menos de 4 horas de viaje, llegamos de vuelta a La Paz, muy contentos y muy cansados. 


Aprendizaje extra del día:
Bombilla = pajilla


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