sabato 30 agosto 2014

Día 10

Hoy, empezamos la mañana bien, peleándonos primero con el internet caca del hotel (bienvenidos a Italia?) y luego con las páginas para comprar los trenes que nos faltan. La pelea se basó principalmente en que los tiquetes para Florencia estaban ridículamente a 170€ y los de Venecia a 340€ solo, no. Hasta que caímos en la hermosa cuenta que se trataba de un error en capa 8 (pregunte a alguna persona que trabaje en sistemas sí no entendió el chiste). El precio era para los cinco tiquetes, no sólo uno. Emoción a la mil. Procedimos entonces a comprarlos, sin lograrlo con unos pero cuando volvemos los hacemos. (Recomendación del día: comprar los tiquetes de tren previamente si es posible, no con un día de antelación. Se evitan así estrés, precios altos y malos asientos). 

Luego, procedimos a perdernos en Termini (oficialmente la estación más enredada, le gana a Milano Centrales y a Passeig de Gracia de Barcelona) hasta encontrar el metro (venden tiquetes ilimitados por un día a 6€ o por tres días a.. Ya no recuerdo. Pero barato. Lo prometo) y nos fuimos en la línea naranja a la estación Ottaviano para ir a ver el Vaticano. 

Luego de pelear contra los miles guías turísticos, logramos llegar a la entrada del Museo (recomendación: comprar los tiquetes antes por internet, recordar que hay que imprimir pero en su hotel le pueden ayudar, atención con los 4€ que le entucan solo por comprar on line) (ah, y hay descuento de estudiante menor de 26!) donde dejé a los Ales y a Erick para dirigirme yo a dar vueltas mientras los esperaba (me agarró un ataque de codez (?) y no quise entrar). 

Me dirigí entonces yo a dar vueltitas, visitar tienditas, comprar postalitas, hacer fila en la oficinita postal, comprarme una camisita, hacer una filita para entrar a San Pietro (se están aburriendo de leer los -itas que hice? Yo sí me aburrí). Cuando logré entrar a San Pietro, le pregunté a ochenta guardas distintos que como hacia entonces para encontrarme con mis amigos, que cual era la salida. Eventualmente llegue a la salida (confirmé preguntándole a una guía que sí esta era la salida y me dijo que sí, que era un buen lugar para encontrar a mi grupo que perdí) (tan evidente soy?) y me senté a esperar. 


(Publico ya porque no tengo buen internet, continuo con las aventuras luego!)

Hoteles

Entonces, los hoteles. 

Para este viaje no recurrimos a air b&b sino que los fuimos con booking.com y hoteles.com (buen sistema, buenas opciones, buenos precios, aún parece que no nos han estafado) porque estábamos buscando un nivel un pelito más alto (igual obvio solo recurrimos a los hoteles más baratos). 

En Madrid nos quedamos en el Tryp Apolo. Épica ubicación, en la Gran Vía, cómodo para caminar cerca, buenas opciones de restaurante y cafés, cómodo para el metro y el hop on y hop off, cerquisima un 100 Montaditos y cerca el Mercado de San Miguel. No excesivamente barato, pero buenas habitaciones, bien servicio y bien cuidado. El desayuno bla, pero estoy empezando a creer que solo el Capitán Suizo es la excepción (*se muere del amor*), aunque sí había panes, cosas dulces, huevo, tocineta (suave, no se acostumbra a tostarla), media fruta y cereal. 

En Sevilla nos quedamos en uno que se llama Museo Aacr. Bien de precio, súper cómodo de ubicación (no en el puro centro, lo cual también es bueno,  pero sí accesible por varios lados), desayuno pasable (fruta, pan, cosas dulces y huevo), buen servicio y bastante nuevo con lindas instalaciones. 

En Barcelona nos quedamos en el Tryp Apolo nuevamente. Este edificio era más nuevo, la ubicación genial (justo en la estación de metro de Paral-lel), el desayuno mucho más variado, y los cuartos lindos y cómodos. El servicio nuevamente muy bueno y las hamburguesas del room service son de morirse. (Nota: hay un 100 Montaditos como a 50 metro y un paqui como a las 100 metros) (nota extra: no nos dimos cuenta de los 100 Montaditos hasta el último día -.- ). 

En Roma nos estamos quedando en el Hotel Contilia, a 200 metros de la estación Termini (épica ubicación), con muchos hoteles y restaurantes cerca, también hay un supercito por sí acaso. Instalaciones.. Dejan mucho que desear. Pero funcionan. No se cae el ascensor y la cama es pequeñisisisisisisima pero comida. El desayuno extra bla pero las cosas dulces y el capuchino son más ricos aquí (felicidad). Incluso hay croissants rellenos de *redoble de tambores* nutella! ❤️. El servicio no ha sido el mejor, en general muy desinteresados con el huésped. El internet una caca. Así como lo oyen. Es una clave por habitación que sirve para un único dispositivo, sí quieren extra, paguen. Y, tras de eso, es lentisimo. 

Día 9 - final

Efectivamente llego el avión - tarde, duraron en pasarnos, luego duraron en acomodarnos, luego duraron en sacarnos y luego duraron en darnos las maletas. Como pueden adivinar, era un vuelo barato. Ah, y el espacio de piernas en el avión era básicamente nulo y cobraban las bebidas y snacks. Sí, claro, vuelo barato. 

Cuando llegamos a Roma (inserte un saltito de la emoción aquí), empecé a poner el casette de italiano en mi cerebro - me toca a mi ser traductora aquí. Tomamos el tren que nos llevaba a Termini y de ahí caminamos los 250m al hotel (luego hago un post de los hoteles, creo que tengo aprendizaje que compartirles en ese frente). 

Como no pagamos por comida en el avión (*tos* codos *tos*) estábamos muertos de hambre, por lo que dejamos las cosas y fuimos en búsqueda de un restaurante italiano. Como la zona está llena de hoteles, hay opciones de restaurantes de donde escoger. Aquí comimos ya oficialmente pizza y gnochi ❤️ 

venerdì 29 agosto 2014

Día 9

Hoy es un día más "tranquilo". 

Hicimos la triste maleta y el triste check out para tomar el último triste tren. Llegamos donde se estaban quedando AleO y Erick para terminar de empacar nuestra ropa limpia (excelente servicio, sólo que nos cobraron mal porque de alguna forma pesamos mal la ropa, pero aparte de eso, bastante bien). Fuimos a almorzar ahí cerca (recomendados los lugares hogareños y alejados de los lugares turísticos. Parecen soditas pero ganan en mil a los restaurantes en sabor y son mucho más baratos) y tomamos un taxi al aeropuerto (metro es la mejor opción, pero salimos a la hora que había que estar ahi, so no). 

Ahora vamos a cambiar de lugar, nos dirigimos ahora a la hermosa, preciosa y queridísima Italia.

Si es que en algún momento decide llegar el avión. Llevamos ya un rato dando vueltas, nos asignaron una puerta, cuando llegamos nos dijeron que era un vuelo de Ibiza, que habían cambiando la puerta pero siguen sin indicarnos cual es. Así que en cualquier momento (crucemos todos los dedos) saldremos de aquí! 

giovedì 28 agosto 2014

Día 8

Hoy, conquistamos a Don Gaudí. 

Empezamos la mañana siendo personas súper responsables: llevamos la ropa a lavar (5kilos de ropa por 15€, se llama Tintorería rápida, por sí acaso) (aún no se sí lo puedo recomendar o no, mañana les contare!). Luego de sentarnos a esperar a AleO y Erick piedreramente (dormimos y casi nos asalta Erick) en la calle y una pequeña pérdida, nos dirigimos hacia la hermosa, querida y feliz Sagrada Familia. Otra vez me vuelvo a enamorar de este lugar, es que no sí quiera puedo describir el sentimiento tan lindo que es entrar ahí. Ya había estado y esta vez, cuando entre, hice lo mismo. Llorar. No sentarme a llorar, sino que se me llenaron los ojos de lágrimas, me llené de conmoción y de amor y felicidad y.. Paz. Una vez me dijo Yeya que había lugares donde la presencia del Espíritu Santo era muy fuerte y que ella sentía que la Sagrada Familia era uno de esos. Yo creo que esta es la única explicación que puedo dar a mi sentimiento al entrar a este lugar. 





De ahí fuimos a almorzar (morir de hambre después de tanto amor es poco, gracias), donde por fin comí paella (sigo prefiriendo la de papi, claramente es que no he ido a un buen lugar) y de ahí fuimos a nuestro siguiente destino de conquista: La Pedrera o Casa Milá. Ahí nos encontramos con que la están remodelando por fuera. Sí, así como lo oyen. 


Pero cuando entramos, se nos olvidó el dolor de no poder verla por fuera. (Aclaración: la entrada es cara. 16€ o 14€ por estudiantes, pero decir que vale la pena es poco). Primero te pasan al lobby y de ahí te suben en ascensor a la azotea. Literalmente cuando salí dije "cuando está bien ponerse a llorar?" Debo agregar aquí que cuando éramos pequeñas, en la casa teníamos un calendario con fotos de las obras de Gaudí, por lo que crecí viendo esas preciosidades en foto y verlas ahora en vivo fue un shock un poco grande y lindo y feliz. 







Adentro de la casa, lo que se puede ver es el ático (épico, podría vivir ahí fácil, con unos arcos gigantes de ladrillos) y luego un piso entero de un apartamento ambientado aún a los inicios de 1900. Llorar del amor otra vez. Los cuartos, los juguetes, las camas, la ropa, los cuadros. Todo. 





Saliendo de ahí hicimos una parada estratégica de camino en Starbucks para recargar energías, saciar sed, ir al baño y hasta dormir un rato (Ale, obvio). Luego nos dirigimos hacia la Casa Batló, a la cual no entramos debido a que nos recomendaron elegir La Pedrera sobre esta. 


Luego, nos dirigimos hacia un lugar mágico, llamado Escribá. Una de las mejores pastelerías del mundo y, que les puedo decir? Comprobadisimo. ❤️

Saliendo de ahí, fuimos al Centre de la Imatge La Virreina (recomendación de Andre de la vez anterior que había venido) porque había una expo de Martin Parr. Morir de amor mil veces más (hasta decidimos incorporarlo como referente para la tesis). 



Luego, tuvimos un desastre con el metro. No nos servía el tiquete, por lo que tuvimos que pedir prestado del tiquete de AleO y Erick y cuando llegamos al metro, todos se montaron, Erick quedo atrapado entre las puertas pero logró pasar y yo quedé por fuera. Así como lo oyen. Nos pusimos entonces de acuerdo de donde vernos y llegue ahí, no sin antes entrar en pánico por no tener el tiquete en mano (hay multa de 100€ por no tenerlo). 

De ahí nos fuimos hacia la a Fuentes Mágicas de Montjuic a ver el espectáculo de (literalmente) fuentes de colores bailarinas. Lástima que no sabíamos que había que llegar temprano, el lugar que teníamos apestaba, no se podía escuchar la música, pero fue increíble de todas formas. Luego nos fuimos a comer al mall que solía ser un redondel de toros (bastante interesante en estructura) y luego de vuelta al hotel a dormir (no son antes perdernos en el metro al tomar una línea que no era y tener que hacer una conexión diferente). 

Día 7

Seguimos en Barcelona, pero ahora sí la recorrimos más. 

Salimos temprano para dirigirnos al área de Barceloneta, de donde nos movimos hacia el Barrio Gótico (no dejé de pensar en Como ❤️), visitando la Catedral (?) del Mar, un mercadito de antigüedades y, luego de perdernos un rato, la Catedral de Barcelona, donde subimos al techo (realmente el techo, están remodelnado, por lo que te ponen en unos andamios. 




Luego, perdidos aún en el Barrio Gótico, nos topamos con la hermosa sorpresa del "Museu" de Picasso. Así como lo oyen. Después de quedarnos sin pies ahí (ya nuestro umbral de sobrevivencia de pies está bajando, haciéndolo cada vez más difícil sobrevivir), nos dirigimos hacia Parc Güell - subiendo, obviamente, por la  calle que tiene las escaleras eléctricas (esa es la calle de la gloria. Literal. Para accesarla tienen que bajarse en el metro en Vallcarca y caminar hasta Baixada de Gloria). Cuando por fin logramos llegar y nos deleitamos con la vista de Barcelona hacia todos los puntos cardinales posibles, nos dirigimos al parque propiamente. Ahí nos dimos cuenta que cobran 8€ para ir a la parte monumental - el mirador/plazoleta, las columnas, las gradas, el túnel y la entrada. Eh, no. Así que vimos los alrededores y luego nos dirigimos hacia la Casa de Gaudí que queda ahí mismo, donde hay unas habitaciones a como vivía él y unos muebles diseñados por el (morí de amor solo ochenta veces). 





Salimos de ahí, nos columpiamos un rato (mucha felicidad, obvio) y bajamos en bus (sí, resulta que el bus del barrio llega allí, así que, nueva ruta: bajarse del metro en Lesseps, buscar el bus del barrio y bajarse en frente del Parc Güell. Los tiquetes de metro (compren el de 10, lo van a necesitar y aprovechar) sirven aquí también) camino a nuestras paradas de metro correspondientes. AleO y Erick fueron a su casita y AleG y yo nos fuimos en busca de un lugar de Tapas ahí por Las Ramblas. Luego volvimos al hotel y caímos como patatas (ojo el efecto español en mi) de lo cansados que estabamos. 

martedì 26 agosto 2014

Día 6

Barcelona de mi alma, hoy me vuelvo a enamorar de vos. 

Hoy tuvimos un comienzo un poco difícil y lento del día, pero por ahí de las 12 o 1 logramos salir del hotel. Nos fuimos en metro a la Plaza Catalunya para caminar luego por las Ramblas en busca de un lugar donde almorzar. 


Luego de un excelente almuerzo y un enorme tinto de verano (foto adjunta al puro final para que me crean) (está movida, ya sé, pero es que se necesita esa mano ahí de referencia), seguimos caminando hasta el monumento a Colón, al cual no subimos porque íbamos camino a un mejor mirador. Así que nos dirigimos hacia Montjuic, en funicular y luego en teleférico, para encontrarlos con la no grata sorpresa de que cobraban entrada que no teníamos anticipada (pensábamos que era solo con el pago del teleférico..) por lo que vimos la vista ahí en los alrededores. 



Ahora, nos encontramos de vuelta en el hotel, donde nos estamos bañando (Nota: Barcelona es MEGA húmeda; tal vez no es taaaaan caliente como Sevilla, pero hemos sudado como en Costa Rica) para alistarnos e irnos a tomar unas cañitas. 



lunedì 25 agosto 2014

Día 5 - final

Luego de hacer escala en Madrid, llegamos a Barcelona! 😁 y por ahora, cambio y fuera. 

Día 5

Hoy tomamos la mejor decisión de la vida: madrugar. Fue bastante difícil, pero de verdad que no nos equivocamos. Eso implicó entrar a la catedral temprano, antes de la ola de los turistas y la fila (cola, sí está usted en España) que esto conlleva, antes de la ola del calor y antes de que cobraran entrada. Así como lo oyen. Genial no? La ahorrada de esos 8 euros solo puede significar felicidad. 



De ahí fuimos al lugar más feliz y hermoso del planeta (no miento ni exagero): Los Reales Alcázares. Los jardines más mágicos y lindos que hay, llenos de azulejos y arte árabe de morir del amor, llenos de colores y ostentosidad y flores y laberintos. Es de esos lugares a los que hay que dedicarles un día completo para sentir que se aprovecho de la manera correcta. 







Salimos de ahí para ir a la torre de la catedral y nos encontramos con que cobraban entrada y había una fila enorme y bajo el sol, por lo que decidimos dirigirnos hacia Las Setas. El otro lugar mágico de Sevilla. Se trata de un "techo" de una plaza al que llaman Parasol, con forma de hongos gigantes, con un mirador por encima y un museo con ruinas romanas por abajo. 

Luego de darnos cuenta que las ruinas no se pueden ver - los museos están cerrados los lunes, no olviden eso en su próximo viaje - nos fuimos a derretir arriba, la vista era espectacular, pero estar ahí más de 10 minutos era tortura. Por lo que salimos de ahí para irnos a tomar un delicioso tinto de verano. 




De ahí fuimos a almorzar y a tomarnos un café, para después ir a hacer el check out al hotel e ir a tomar el tren de vuelta a Madrid (vamos en el AVE :D! ) en donde lo que ha sucedido es Carla escribiendo y los demás en diversas actividades de ocio y descanso. 


Día 4

(Hemos hecho tantas cosas y apenas voy por el día 4!? :D yay!)


Entonces, hoy fue día de madrugar. Sí. Madrugar. A las 6 ya habíamos hecho el check out y nos dirigíamos hacia la estación de Atocha para tomar el tren hacia Sevilla. 

Quiero primero hacer un paréntesis. Anoche salimos, tomamos, la gozamos, volvimos, empacamos, dormimos, nos despertamos, nos bañamos y salimos. En la calle había gente aún de fiesta, sí así como que sí su día aún no hubiera acabado. Loco no? 

Bueno, llegamos a Atocha, corrimos un poco, buscamos nuestro anden y nos montamos al tren. Aún sin desayunar. Caos. Pero había cafetería en el tren, que resulto ser una mujer moviéndose con un carrito, todo excelente. Luego de un mega desayuno de croissant y zumo de naranja, dormimos las horas restantes hasta Sevilla. 


Llegamos a Sevilla y nos fuimos al hotel, donde dejamos las valijas (llegamos muy temprano, no podíamos hacer check in aún) y nos fuimos de una vez a dar una vuelta sevillana. Empezamos caminando y terminamos tomando un busito turístico (no lo recomiendo, primero porque arriba pega mucho el sol y abajo el aire no sirve, luego porque es una cuidad súper pequeña y recorrible a pie, para nada hace falta el bus). En el bus dimos vueltitas y llegamos eventualmente a Plaza España. No se cómo empezar sí quiera a describirles esta plaza. Es (disculpen mi francés) una pichudez. Es asombrosamente inpresionante, con su majestuosidad y sus detalles y.. Wow. 



De ahí fuimos a la búsqueda (urgente) de donde comer con aire acondicionado. Es que decir que hace calor es un piropo. Sentíamos que nos íbamos a derretir, no sólo descomponer, del calor que hacia. Después de comer ahí un salmarejo (gazpacho a la sevillana - no es ni tan rico ni tan fresco), nos fuimos huyendo al hotel. Tomamos el busito, lo cual fue el error más erróneo que pudimos cometer, ya que nuestro hotel estaba en la última parada, mientras que estábamos como en una de las primeras. Era mucho más lógico devolvernos caminando, pero no se sí fue el calor, la estupidez, el despiste o la marea alcalina, decidimos que mejor así, para conocer más Sevilla. Luego de una hora de andar en el busito, derritiendonos (recordemos que el aire estaba malo) y quedándonos dormidos, llegamos al hotel, donde por fin hicimos check in, nos bañamos y oficialmente los quedamos dormidos. 

Luego de recuperar fuerzas y sentir que era una hora más lógica para salir sin sentirnos en un infierno, nos fuimos a dar una vuelta por la catedral (hermosa con luces en la noche, también) y nos tomamos un café (el mesero parecía Buzz Light Year, lo juro). 





Día 3, parte 2

De vuelta en Madrid, tomamos la épica decisión de ir al Museo Centro de Arte Reina Sofía. Después de la subida intensa a la torre y teniendo en el grupo varios problemas de rodillas y espaldas en varios mosqueteros, no estábamos muy seguros, pero sabíamos que teníamos que ir. (Además para los estudiantes menores de 25 es gratis, recuerdan?)

Estando ahí, nos encontramos de frente a frente con el enorme y precioso Guernica. Así como lo oyen. Que? Sí. El Guernica. (Tengan cuidado, sí se acercan un pelo o una uña más de lo permitido, van a ser mordidos por los perros guardianes a ambos lados de la obra). 

Luego de ver un libro de Stieglitz, varios Miró, Picasso, Dalí y demás originales, llegamos a la parte de fotografía. Toda una sala dedicada a la fotografía de guerra, otra dedicada a libros de fotografía, otra a fotografía de la época de los 40 (encabezada por Helen Levitt y Walker Evans) que incluía el libro The Americans de Frank y uno de Dorothea Lange y.. Sigo? El paraíso de la fotografía, gracias. 

Por ultimo, vimos la exposición de Robert Hamilton (el Warhol ingles, por sí acaso) y casi lloran los diseñadores (los fotógrafos también, no voy a mentir). 







Luego, sin media onza de energía, nos fuimos a tomar un café y nos fuimos en el busito al hotel. Ahí alistamos las valijas y dejamos cosas y salimos en búsqueda de un lugar para cenar. Unos terminamos (nuevamente) en el mercado de San Miguel, donde comimos a más no poder (y no tomamos, no, no, claro que no). 




Puedo simplemente decir que ha sido un excelentísimo día. 

Día 3, parte 1

To
Le
Do

Eso es todo lo que quiero decir. 




Mentira, quiero contarles. Pero es que no se que tanto puedo contar, no se que tanto hace falta decir. Sí no han ido antes, se les solicita buscar fotos, enamorarse y comprar inmediatamente tiquetes para ir. Wow wow wow. Es de esos lugares a los que uno va llegando y ya sabe que va a salir enamorada. 

Fuimos en tren (recomendado, dura media hora, vale 10€) con una vista increíble desde el inicio del camino, pero cuando empezamos a ver los edificios locales, nos salieron corazoncitos en los ojos. Luego de tomar un taxi para llegar al Alcazar, caminamos por los alrededores. Toledo es de estos pueblos (como los italianos) de montaña que tienen mini callecitas con piedritas y edificios coloridos a ambos lados, con balconcitos y y y *muere del amor*.  De ahí nos dirigimos a la catedral (de nuevo recomendado), donde subimos a la torre (no tan recomendado - no había vista, sólo las campanas. No me malinterpreten, estaban chivisimas, pero los amantes del paisaje creo que me entenderán en esto). 

Almorzamos tradicionales gazpachos y paellas y tinto de verano (no sé sí les he hablado de la maravilla del tinto de verano aún. Se trata de vino tinto con soda. Suena sencillo, lo sé, pero sabe.. *se lo saborea*) y de postre comimos mazapán. Se acuerdan lo rico que saben los de Giacomin? Nop, borren eso de su memoria, eliminenlo por siempre. El sabor de este es súper suavecito, sutil, hermoso. Es como Remi (Ratatouille) y sus imágenes mentales de los sabores. 

Luego, tristemente (ya se, sueno toda dolor), tuvimos que volver a Madrid.