giovedì 28 agosto 2014

Día 8

Hoy, conquistamos a Don Gaudí. 

Empezamos la mañana siendo personas súper responsables: llevamos la ropa a lavar (5kilos de ropa por 15€, se llama Tintorería rápida, por sí acaso) (aún no se sí lo puedo recomendar o no, mañana les contare!). Luego de sentarnos a esperar a AleO y Erick piedreramente (dormimos y casi nos asalta Erick) en la calle y una pequeña pérdida, nos dirigimos hacia la hermosa, querida y feliz Sagrada Familia. Otra vez me vuelvo a enamorar de este lugar, es que no sí quiera puedo describir el sentimiento tan lindo que es entrar ahí. Ya había estado y esta vez, cuando entre, hice lo mismo. Llorar. No sentarme a llorar, sino que se me llenaron los ojos de lágrimas, me llené de conmoción y de amor y felicidad y.. Paz. Una vez me dijo Yeya que había lugares donde la presencia del Espíritu Santo era muy fuerte y que ella sentía que la Sagrada Familia era uno de esos. Yo creo que esta es la única explicación que puedo dar a mi sentimiento al entrar a este lugar. 





De ahí fuimos a almorzar (morir de hambre después de tanto amor es poco, gracias), donde por fin comí paella (sigo prefiriendo la de papi, claramente es que no he ido a un buen lugar) y de ahí fuimos a nuestro siguiente destino de conquista: La Pedrera o Casa Milá. Ahí nos encontramos con que la están remodelando por fuera. Sí, así como lo oyen. 


Pero cuando entramos, se nos olvidó el dolor de no poder verla por fuera. (Aclaración: la entrada es cara. 16€ o 14€ por estudiantes, pero decir que vale la pena es poco). Primero te pasan al lobby y de ahí te suben en ascensor a la azotea. Literalmente cuando salí dije "cuando está bien ponerse a llorar?" Debo agregar aquí que cuando éramos pequeñas, en la casa teníamos un calendario con fotos de las obras de Gaudí, por lo que crecí viendo esas preciosidades en foto y verlas ahora en vivo fue un shock un poco grande y lindo y feliz. 







Adentro de la casa, lo que se puede ver es el ático (épico, podría vivir ahí fácil, con unos arcos gigantes de ladrillos) y luego un piso entero de un apartamento ambientado aún a los inicios de 1900. Llorar del amor otra vez. Los cuartos, los juguetes, las camas, la ropa, los cuadros. Todo. 





Saliendo de ahí hicimos una parada estratégica de camino en Starbucks para recargar energías, saciar sed, ir al baño y hasta dormir un rato (Ale, obvio). Luego nos dirigimos hacia la Casa Batló, a la cual no entramos debido a que nos recomendaron elegir La Pedrera sobre esta. 


Luego, nos dirigimos hacia un lugar mágico, llamado Escribá. Una de las mejores pastelerías del mundo y, que les puedo decir? Comprobadisimo. ❤️

Saliendo de ahí, fuimos al Centre de la Imatge La Virreina (recomendación de Andre de la vez anterior que había venido) porque había una expo de Martin Parr. Morir de amor mil veces más (hasta decidimos incorporarlo como referente para la tesis). 



Luego, tuvimos un desastre con el metro. No nos servía el tiquete, por lo que tuvimos que pedir prestado del tiquete de AleO y Erick y cuando llegamos al metro, todos se montaron, Erick quedo atrapado entre las puertas pero logró pasar y yo quedé por fuera. Así como lo oyen. Nos pusimos entonces de acuerdo de donde vernos y llegue ahí, no sin antes entrar en pánico por no tener el tiquete en mano (hay multa de 100€ por no tenerlo). 

De ahí nos fuimos hacia la a Fuentes Mágicas de Montjuic a ver el espectáculo de (literalmente) fuentes de colores bailarinas. Lástima que no sabíamos que había que llegar temprano, el lugar que teníamos apestaba, no se podía escuchar la música, pero fue increíble de todas formas. Luego nos fuimos a comer al mall que solía ser un redondel de toros (bastante interesante en estructura) y luego de vuelta al hotel a dormir (no son antes perdernos en el metro al tomar una línea que no era y tener que hacer una conexión diferente). 

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