lunedì 25 agosto 2014

Día 3, parte 1

To
Le
Do

Eso es todo lo que quiero decir. 




Mentira, quiero contarles. Pero es que no se que tanto puedo contar, no se que tanto hace falta decir. Sí no han ido antes, se les solicita buscar fotos, enamorarse y comprar inmediatamente tiquetes para ir. Wow wow wow. Es de esos lugares a los que uno va llegando y ya sabe que va a salir enamorada. 

Fuimos en tren (recomendado, dura media hora, vale 10€) con una vista increíble desde el inicio del camino, pero cuando empezamos a ver los edificios locales, nos salieron corazoncitos en los ojos. Luego de tomar un taxi para llegar al Alcazar, caminamos por los alrededores. Toledo es de estos pueblos (como los italianos) de montaña que tienen mini callecitas con piedritas y edificios coloridos a ambos lados, con balconcitos y y y *muere del amor*.  De ahí nos dirigimos a la catedral (de nuevo recomendado), donde subimos a la torre (no tan recomendado - no había vista, sólo las campanas. No me malinterpreten, estaban chivisimas, pero los amantes del paisaje creo que me entenderán en esto). 

Almorzamos tradicionales gazpachos y paellas y tinto de verano (no sé sí les he hablado de la maravilla del tinto de verano aún. Se trata de vino tinto con soda. Suena sencillo, lo sé, pero sabe.. *se lo saborea*) y de postre comimos mazapán. Se acuerdan lo rico que saben los de Giacomin? Nop, borren eso de su memoria, eliminenlo por siempre. El sabor de este es súper suavecito, sutil, hermoso. Es como Remi (Ratatouille) y sus imágenes mentales de los sabores. 

Luego, tristemente (ya se, sueno toda dolor), tuvimos que volver a Madrid. 





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