Estando ahí, nos encontramos de frente a frente con el enorme y precioso Guernica. Así como lo oyen. Que? Sí. El Guernica. (Tengan cuidado, sí se acercan un pelo o una uña más de lo permitido, van a ser mordidos por los perros guardianes a ambos lados de la obra).
Luego de ver un libro de Stieglitz, varios Miró, Picasso, Dalí y demás originales, llegamos a la parte de fotografía. Toda una sala dedicada a la fotografía de guerra, otra dedicada a libros de fotografía, otra a fotografía de la época de los 40 (encabezada por Helen Levitt y Walker Evans) que incluía el libro The Americans de Frank y uno de Dorothea Lange y.. Sigo? El paraíso de la fotografía, gracias.
Por ultimo, vimos la exposición de Robert Hamilton (el Warhol ingles, por sí acaso) y casi lloran los diseñadores (los fotógrafos también, no voy a mentir).
Luego, sin media onza de energía, nos fuimos a tomar un café y nos fuimos en el busito al hotel. Ahí alistamos las valijas y dejamos cosas y salimos en búsqueda de un lugar para cenar. Unos terminamos (nuevamente) en el mercado de San Miguel, donde comimos a más no poder (y no tomamos, no, no, claro que no).
Puedo simplemente decir que ha sido un excelentísimo día.
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