lunedì 25 agosto 2014

Día 5

Hoy tomamos la mejor decisión de la vida: madrugar. Fue bastante difícil, pero de verdad que no nos equivocamos. Eso implicó entrar a la catedral temprano, antes de la ola de los turistas y la fila (cola, sí está usted en España) que esto conlleva, antes de la ola del calor y antes de que cobraran entrada. Así como lo oyen. Genial no? La ahorrada de esos 8 euros solo puede significar felicidad. 



De ahí fuimos al lugar más feliz y hermoso del planeta (no miento ni exagero): Los Reales Alcázares. Los jardines más mágicos y lindos que hay, llenos de azulejos y arte árabe de morir del amor, llenos de colores y ostentosidad y flores y laberintos. Es de esos lugares a los que hay que dedicarles un día completo para sentir que se aprovecho de la manera correcta. 







Salimos de ahí para ir a la torre de la catedral y nos encontramos con que cobraban entrada y había una fila enorme y bajo el sol, por lo que decidimos dirigirnos hacia Las Setas. El otro lugar mágico de Sevilla. Se trata de un "techo" de una plaza al que llaman Parasol, con forma de hongos gigantes, con un mirador por encima y un museo con ruinas romanas por abajo. 

Luego de darnos cuenta que las ruinas no se pueden ver - los museos están cerrados los lunes, no olviden eso en su próximo viaje - nos fuimos a derretir arriba, la vista era espectacular, pero estar ahí más de 10 minutos era tortura. Por lo que salimos de ahí para irnos a tomar un delicioso tinto de verano. 




De ahí fuimos a almorzar y a tomarnos un café, para después ir a hacer el check out al hotel e ir a tomar el tren de vuelta a Madrid (vamos en el AVE :D! ) en donde lo que ha sucedido es Carla escribiendo y los demás en diversas actividades de ocio y descanso. 


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