venerdì 12 settembre 2014

Día 22

Hoy en realidad fue un día de transición. Salimos mega temprano de París, donde, camino al aeropuerto, sentimos lo que iba a ser realmente el invierno (salía vaho al respirar y todo) y agradecemos nuevamente al clima por ponerse feito hasta el último día. Tomamos el avión de vuelta a Madrid, donde nos devolvimos una estación (lo juro, aquí aún sigue como de verano, salí en shorts y todo!), fuimos a dejar las valijas al hotel y salimos muertos de hambre a 100 Montaditos por unos montaditos de jamón Serrano y un rico, necesario, delicioso y merecido tinto de verano. 

Luego de dar unas vueltas y dormir un rato, salimos Juanca, AleG y yo a comer para despedirnos de Madrid como se debe: en el mercado de San Miguel. Aclaro que, si van a Madrid, es un MUST en la lista. Hay de todo lo que se les pueda ocurrir comer, un poco caro pero aún sigue estando en el límite de lo accesible. En realidad no es tan caro sí uno se da cuenta de la CALIDAD de la comida. Es de chuparse los dedos. Lo cual hicimos. Repetidas veces. Unas con el jamón. Otras con la paella (la mejor que comi en toda la estadía en España). Otras con las ostras y los chipirones (Ale con los chipirones, yo a los pulpitos bebés no los vuelvo a comer *se pone a llorar*). 

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