Al llegar a Florencia y caminar costosamente en las callecitas hermosas de adoquines con las valijas, fuimos al hotel a dejar las valijas y a caminar por la ciudad. Dimos vueltitas ahí por el Duomo - donde entramos (no antes de que tuviera que devolverme al hotel para cambiarme - aquí está frío y ventoso, los vestidos sólo no son buena idea), a la Piazza della Signoria, Palazzo Vecchio, Galleria degli Uffizzi (otra vez vine un lunes, por lo que está cerrado. Yay! -.- ), Ponte Vecchio, Palazzo Piti, Mercado, etc.
Volvimos al hotel, hicimos el check in y nos encontramos con la sorpresa de que teníamos el baño oficialmente más pequeño que he visto en mi vida.
Yo me encuentro en la puerta exactamente, ven de frente el lavamanos, seguido a la derecha de la ducha (no me crean sí no quieren, pero lo juro), luego sigue el bidé y el escusado. Sí, cuando se cierra la cortina (que no da el largo para cerrar por completo) queda en "relieve" el bidé. Wow, no? (Como haremos mañana para bañarnos 5 ahí? Salado el último?? Jeeeez) (por dicha es sólo una noche!)
Luego volvimos a dar vueltitas en la ciudad hasta las 7, porque a esa hora AleG y yo tomamos un bus para ir a cenar donde Elena, mi tia. (Los invitaron a todos pero no quisieron, que babosos, verdad?). Después de un poco de pérdida para encontrar el bus, llegamos. Hablamos un rato - lento y con gestos y traducciones rápidas para poder comunicamos todos - y luego pasamos a la cena. De entrada, diversos salumes (ya pregunte, en español sería charcutería), queso delicioso, panes, grissini y honguitos. De primero y segundo, "ensalada" de arroz (con diversos vegetales) y cus cus (así se escribe?) con carne. De postre, gelato. Y luego fruta. Ah, como extrañaba estas comidas así ❤️
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